verbobravio

“¿por qué durar es mejor que arder?” (R. Barthes) cybergubasa@yahoo.com

jueves, octubre 29, 2009

Todo lo demás es estar solo

(de la columna de Diego Manso, Revista Ñ del 10/X/2009)

(...) el cine como aparato doctrinario del capitalismo modela nuestra noción del amor. Sabemos que la idea de consumo siempre se conjuga en potencial, por eso los amores difíciles que el cine pregona configuran cierto arquetipo capitalista: "si pudiera vivir a dos mil kilómetros me casaría con vos", dice alguno con un mapa en la mano y el enchufe de wi-fi en la otra. En rigor, son amores difíciles porque calcan aquellos que alimentan tramas de ficción: gente separada por mares -obvio que pudiente-, dificultades de idioma que se allanan con un cursete o recurriendo al inglés, esa aceitera de la sociedad globalizada. En la realidad, mientras tanto, comprobamos que nada que transcurra entre dos aeropuertos (o entre dos estaciones de micro..., acota Lady Gabois) puede ser muy complejo. Enamorarse de lo imposible, de lo lejano (esa lejanía puede, además de física, ser económica -aunque suene a anacronismo dialéctico-, hay mundos separados por las posibilidades y las necesidades en un radio de tres manzanas y en la misma ciudad; acota nuevamente Lady Gabois), de lo que no puedo tener cerca apenas lo deseo, denota la imposibilidad de amar. Es lo mismo que pasar frente a una vidriera, contar las chirolas y dedicarse a ahorrar. El amor no es espera, es resignación sin verdes prados. Abrazarse no admite demoras, aun en nuestra chatarra cotidiana. Todo lo demás se llama estar solo.

El autor & me, reflexionando, otra vez, sobre una serie de sensaciones sobrevaloradas.

En los tórridos días finales de Octubre de 2009

Etiquetas: , ,